domingo, 11 de octubre de 2015

Hubo menos que palabras.

Rompieron más que huesos,

rodaron almas.

Habría sido una masacre de no ser
por la pulcritud de los cráneos trepanados
y las conciencias opacas.

jueves, 1 de octubre de 2015

Obsesión II

Elige bien
con qué te obsesionas.


A lo mejor
si me hubiese encerrado con las palabras
o con las estrellas,
con un piano
o con las matemáticas,
a lo mejor ahora mi cabeza no estaría
tan desierta.

Si el epicentro de mi pensamiento
hueco
fuese algo más telúrico, más enraizado en la piel,
menos flotante,
en lugar de las ideas efímeras,
la pasión coreografiada,
la belleza simple, plana, prefabricada...

Si no hubiera amontonado
tantos retratos retocados
en el cráneo
que se deshacen entre las cuencas
en cuanto los piensas,
 a lo mejor no sentiría
el alma seca, deshidratada,
la garganta rota
de gritos que la atraviesan.


A lo mejor una pasión enfermiza 
puede llenar un demoledor vacío interior.