No
puedes echarte a temblar cada vez
que
te rocen sus pupilas,
la
piel de gallina, la carne de piedra.
Ese
pánico absoluto.
Si
no dejas que entre la luz
las
plantas mueren.
Si
no permites el ritual de la piel
el
cuerpo se pudre.
Nadie
va
a
venir.
¿Cuándo
piensas estallar?
Este
encierro metafísico es un suicidio.
Romperse
es mejor que fosilizarse.
Ten
miedo
pero
no lo dejes suelto
o
te abrirá una brecha en los párpados,
esa
herida extraviada te encontrará
y
no podrás contener la hemorragia.
Chico,
los agoreros te tienen calada.
El vértigo se hace impostergable.
Ya
es tiempo
de
inmolarse.
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