sábado, 29 de noviembre de 2014

Nos hundimos

Y te quedaste,
como un mar sin luna,
de nitroglicerina rabioso,
esclavo de sus mareas,
desbocado.

Sonabas,
como un mar acongojado,
de tempestades desmedidas,
con muchos truenos
y pocos rayos.

Y te rendiste,
como un mar deshabitado,
víctima de tus resacas,
berrinches de un Neptuno
enajenado.

Aullabas,
como un mar vertiéndose,
de olas resquebrajadas,
que te rescatara
en medio del naufragio.

Y nos hundimos,


                                         

                                   anestesiadas.

Juramento

.
Le juró que aunque se hicieran viejas,
nada más que
un amasijo de recuerdos,
lucharía por romper la barrera del grito
y del quebranto.

Le besaría hasta devolverle el aire
y descontaminarlo.

Lamería hasta sus amarguras,
para volatilizar la ira
                                                         [más pura.

Invocaría tormentas espirituales
que hicieran estallar los repetidores
y revocaran dogmas
que creía inmutables.

Sería, con su permiso,
una revolución  permanente e invariable
en el resto de su vida, sería
el precipicio
en el quicio
de su alma.

Abandono


Dicen que
un poema no se termina,
se abandona, y yo
abandono este verso como abandoné
las clases de piano por el calimocho
el baloncesto por los porros
y el japones por (aqu)el gallego.
Abandono.
Voy a por tabaco, querido verso.
Me voy con otro
más sonoro
y que me rima con todo.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Callas

Callas 
y te gusta lo que oyes. 
Y no callas a menudo. 
A menudo gritas y pierdo los papeles y recurro a las pantallas y es todo más brillante 
pero menos bonito.
Como una jauría de perros aquí adentro, 
maullando,
descoloriendo los pocos mitos que se mantenían
respirando en este cuarto tan pequeño
que es mi guerra. 
Y me bato en retirada, 
pero nunca corro lo suficiente y ya es bastante pésima la calidad de esos besos 
que los adulteras con poesía barata, 
común y corriente, irrelevante, prescindible. 


                                                                 Yo inacabada e impaciente. Tu reluciente y terminada.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Yo siempre estoy sancionada

Se me ha pasado por la cabeza que
aunque pase de los sesenta,
si es que llego a pasar,
nunca seré una persona adulta
de esas.

Una persona adulta
va a trabajar,
se casa,
cría niños, 
come bien
y devuelve a tiempo los libros.

Yo,
paso demasiado tiempo en el bar,
soy soltera de solemnidad,
no he conservado vivo ni
                        [un bonsái,
estoy cenando una croqueta y
colacao con galletas
y siempre [SIEMPRE] estoy
sancionada
en la biblioteca municipal.




* (imagen: https://www.pinterest.com/pin/296674694174777054/)

miércoles, 26 de noviembre de 2014

No duermo
siguiendo el rumor de mis latidos,
como el rumor de un manantial,
como el norte al azar.

Escapo de una realidad adulterada
a cielos estrellados y a unas manos cálidas,
huyendo al espacio cósmico y onírico
lejos de ministros y

                                                                             [catetos con WiFi.

martes, 25 de noviembre de 2014

Irreparable

Has decidido sitiar tu vida
en una isla
que no figura en las cartas marítimas.

Estás determinada a permanecer
en las antípodas de la mía
y nada de lo que diga,
dices,
te traerá de vuelta.

Me cuesta creer
que esto se haya acabado
y que no pueda culpar
ni a la muerte
ni a la guerra.

Me cuesta creer que
yo sin cumplir tus expectativas
no soy más para ti,
que ya no hay hueco en tu vida
en el que me pueda acurrucar.

Al parecer tus expectativas
están muy por encima de las mías
y aunque de mi boca nunca
hayas escuchado la palabra
decepción,
cuando hablas de mi
no hay más ecos en tu voz.

Yo, como ayer,
fiel a mi estado de
rendición perpetua,
aún no he quemado
mi declaración de dependencia.

Ni te exijo,
ni te pido nada
que no me quieras dar,
resignada a acatar la orden
de alejamiento,
tu decisión inapelable
de declararme irreparable.