A la gente que quiero
se la va tragando la tierra
y las oficinas
y los aeropuertos.
Y me voy quedando sola.
Y sola
no tengo ningún sentido.
Sola me quedo lamentando
haber pasado tantas horas aquí adentro
y tan pocas allí afuera.
Ellxs siempre cuidando de mi
y yo siempre huyendo
en círculos concéntricos
desde el epicentro
de mi estupidez.
Sola me quedo esperando
en un charco de angustia
a que me trague la tierra
o el mar
o el cielo.
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