martes, 25 de noviembre de 2014

Irreparable

Has decidido sitiar tu vida
en una isla
que no figura en las cartas marítimas.

Estás determinada a permanecer
en las antípodas de la mía
y nada de lo que diga,
dices,
te traerá de vuelta.

Me cuesta creer
que esto se haya acabado
y que no pueda culpar
ni a la muerte
ni a la guerra.

Me cuesta creer que
yo sin cumplir tus expectativas
no soy más para ti,
que ya no hay hueco en tu vida
en el que me pueda acurrucar.

Al parecer tus expectativas
están muy por encima de las mías
y aunque de mi boca nunca
hayas escuchado la palabra
decepción,
cuando hablas de mi
no hay más ecos en tu voz.

Yo, como ayer,
fiel a mi estado de
rendición perpetua,
aún no he quemado
mi declaración de dependencia.

Ni te exijo,
ni te pido nada
que no me quieras dar,
resignada a acatar la orden
de alejamiento,
tu decisión inapelable
de declararme irreparable.

2 comentarios: